Relativizar
Hace un tiempo, alguien, responsable de una Asociación de afectados por un tipo de dolencia, me pidió que escribiera algo sobre el tema para de esta forma, contribuir a hacer más llevaderos los efectos negativos de la enfermedad. Esta persona por lo visto era una visitante del blog y a tenor de lo que hubiera podido leer, entendió que yo podía aportar algo en ese sentido.
La verdad es que hacer una reflexión sobre cómo hacer frente a la enfermedad, sin haberla padecido o estar pasando por ella, es un poco difícil, o más bien sería un poco teórico el hacerlo, y es lo que me motivaba a retrasar la publicación de este post.
Porque uno, casado y con cuatro hijos, ha podido pasar y de hecho ha pasado por situaciones conflictivas a las que he podido aplicar lo que más abajo expongo, pero afortunadamente nunca personalmente, me he visto en estas situaciones por un motivo de salud grave.
He leído hoy el post de Aprendiza, una persona que sí está pasando por lo que yo no pasé y su lectura me ha impulsado a da luz finalmente a este escrito. Porque el caso es que aquí estamos, en este mundo, en el que a veces se nos presentan situaciones como las que exponen en la página Web de la Asociación mencionada o como por la que está pasando Aprendiza ¿Qué se puede hacer con esa enfermedad? ¿Qué se puede hacer frente a esa situación?
Creo que para evitarla y con mis nulos conocimientos de medicina, más bien será poco y para paliarla, seguro que habrá el tratamiento y medicación apropiada.
¿Entonces, qué podríamos añadir a esto? Pues se me ocurre que añadiéndole un poco de comprensión y aceptación de la situación, esta sería mucho más llevadera.
Y ¿cómo conseguirlas? Pues dejando que nuestro propio yo se manifieste, tal como dice Aprendiza: “Es en estos momentos donde aparece nuestro propio yo, donde nuestros sentimientos se muestran en todo su esplendor, donde el estar y el tener no tienen conjugación y sólo el ser cobra protagonismo »
Y es que, además, fruto de ese autoconocimiento, de ese ser, de ese mostrarnos humanos, tal cual somos, vamos a disfrutar de otras muchas sensaciones agradables, positivas, que de alguna forma, van a relativizar, a diluir esas otras desagradable y negativas fruto de la enfermedad. Yo creo que sería la mejor autodefensa: conocernos a nosotros mismos y de ese conocimiento, ¡a ver qué sale! Seguramente quedaremos agradablemente sorprendidos