“Cazado” por Internet
Marieemma wroteon June 4, 2009 at 2:59pm
En su reciente visita a Mazara del Vallo (Sicilia), Prem Rawat fue nombrado ciudadano honorario. Tras la ceremonia, varios estudiantes del instituto se acercaron de uno en uno al micrófono para hacerle algunas preguntas. Lo que sigue son extractos de ese diálogo.
P: “La vida es un viaje, pero es un viaje tan hermoso que no necesita un destino”. He leído esta cita suya y me gustaría preguntarle: Sin un destino específico, ¿no corremos el riesgo de ir a la deriva?
R: Todos los viajes deben tener un propósito. En algunos de ellos el objetivo es llegar a algún lugar o destino en particular. Pero en el viaje de la vida, el propósito es disfrutar. Y ése es en sí mismo el destino del viaje: disfrutar de estar vivo. Sí, estoy de acuerdo contigo en que no podemos ir a la deriva en lo que respecta a disfrutar de esta vida. Ése es el objetivo de este viaje.
P: ¿Cómo y cuándo empezaste a tener el deseo de ser Embajador de la Paz?
R: Ese título, por el que me siento muy agradecido, me lo dieron en Brasil. Pero desde que era muy pequeño quise llevar felicidad a la vida de las personas. No una alegría de dos minutos, sino la verdadera felicidad. Que la gente pueda encontrar una maravillosa plenitud en su vida; eso es todo lo que quiero. Es lo que intentaba hacer antes de que me concedieran el título y lo que he estado haciendo después. Quiero llevar este mensaje de esperanza y la posibilidad de la paz a tanta gente como sea posible. Y espero poder seguir haciéndolo hasta mi último aliento. He dedicado mi vida a eso. Tenga o no tenga esos títulos, lo que de verdad importa es abrir un corazón, y otro, y otro, a la posibilidad de la paz en sus vidas.
P: La intolerancia se ha manifestado en las sociedades en todas las épocas y eso degenera a menudo en fanatismo. El fanatismo, que se basa en una pasión irracional, ¿puede combatirse con la razón?
R: Voy a contarte una pequeña historia. Hace mucho tiempo en India, hubo un gran emperador llamado Akbar. Tenía un amigo, un cortesano llamado Birbal. Un día, Akbar planteó un desafío a su amigo. Trazó una línea y dijo: “Haz esta línea más corta sin tocarla”. Birbal tomó el lápiz, dibujó una línea más larga y la del emperador resultó más corta automáticamente.
Es cierto que hay fanatismo y es cierto que hay crueldad. Si queremos que sean insignificantes, la única forma es hacer que la voz por la paz sea muchísimo más fuerte. Hoy en día la gente no es razonable; ven la violencia como una alternativa viable. El problema es que está en ambos lados. Y cuando se responde a la violencia con violencia, lo único que sucederá es que se hará más violenta. Siento que nuestra única esperanza es hacer que la voz de la paz sea más fuerte que la voz de la violencia.
P: Séneca, en su tratado sobre la serenidad mental, habla de la paz como un estado que se puede alcanzar si uno se desapega de las preocupaciones mundanas. ¿Puede conseguirse eso en la época actual?
R: Hay muchas fórmulas. Algunos dicen que si nos deshacemos de todas nuestras preocupaciones tendremos paz. Yo sólo puedo hablar desde mi propia experiencia. Si tengo hambre y alguien me dice que deje de pensar en comida, ¿desaparecerá mi hambre? Creo que no.
Si hay paz en tu vida, tendrás felicidad. Si simplemente hay felicidad, puede que tengas paz o puede que no. La felicidad es un resultado de tener paz, plenitud dentro de ti. Mientras estés vivo, estarás preocupado por algo. La paz de la que hablo se puede sentir en medio de una guerra, o en la cárcel. Si puedo encontrar la paz en mi interior, las preocupaciones vendrán y se irán, pero yo seguiré teniendo paz en mi
P: “Cuando empiezas a buscar paz, la paz empieza a buscarte a ti”. Ésta es una de tus citas. ¿Realmente desean paz los hombres?
R: Nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras etiquetas, por los sombreros y uniformes que llevamos, pero todos somos seres humanos, y los seres humanos desean la paz. ¿Es la paz un lujo o una necesidad? Ésta es una pregunta de capital importancia. Sabemos que respirar no es un lujo; el agua tampoco lo es. Son necesidades. Yo digo que la paz es una necesidad, no un lujo. Es lo que la gente quiere. Pero cuando factores como la codicia, el miedo, la ira y la confusión se interponen entre las personas y sus propios deseos, todo se vuelve muy enrevesado.
Esperamos que las instituciones resuelvan el problema, pero somos nosotros quienes tenemos que hacerlo. Actualmente no hay demasiados lugares en el mundo en los que la gente tenga espíritu de unión, de unificarse. Cuando se unan, no sólo habrá paz en la Tierra, sino en el corazón y la mente de cada ser humano.
P: ¿Hay alguna pregunta que no te hayan hecho nunca y que te habría gustado responder?
R: La gente lleva haciéndome preguntas desde que tenía siete años, pero nadie me ha preguntado nunca qué se siente cuando le traes paz a alguien. Y la respuesta es: cuando una persona siente paz en su vida y yo he contribuido a ello, en ese momento se cumple el propósito de mi vida. Así de bien me siento. Eso es lo que quiero hacer. Muchas personas me han expresado su gratitud por haberles traído paz a sus vidas. Su gratitud no sólo es para mí una lección de humildad, también me proporciona una alegría inmensa.