“Al recibir el regalo del Conocimiento de mí mismo, lo que se me otorgó fue mi corazón.” Prem Rawat – Maharaji
A mi entender, no hay nada que una persona no pueda hacer. Si te lo propones, puedes hacer cualquier cosa. Yo he escrito poesía, he compuesto música, pilotado aviones, concebido y diseñado objetos. ¿Pero, qué valor tiene todo eso?
El verdadero logro fue posible gracias a un amigo muy especial, quien por su bondad y amor me mostró el regalo del Conocimiento de mí mismo.
Cuando recibí este regalo, lo que se me ortorgó fue mi corazón. A cambio de mi fe, se me dio un amor verdadero. Por mi amor, se me concedió el Conocimiento de mí mismo. Y por cada ofrenda que realicé, se me recompensó con otro regalo.
A mi amigo le di mi fe. A mi amigo le di mi amor porque mi corazón quería darlo. Le di mi amor porque sabía que se trataba de alguien que no me pedía nada a cambio. Es una relación tan pura… y así tiene que ser. No se enreda en todas las cosas en las que se quedan atrapadas las demás relaciones. En las relaciones de pareja, la gente dice: te amo. Pero lentamente eso se va perdiendo, debilitando, hasta que un día no significa nada.
No sé cuanta fe había en mí, pero la poquita que tenía, la di. Mi fe consistía en que yo confiaba en él, creía en él, aunque no sabía qué me iba a dar, no tenía ni idea. Desconocía qué forma podía adoptar, pero al menos sabía que en ese momento yo era un trozo de arcilla.
Mi fe, mi confianza, ¿a quién otro más que a mi amigo se las puedo ofrecer? Todos quieren algo, tengan o no algo para dar que valga la pena; quieren algo. Y he aquí alguien que solamente quiere dar.
Ésta es la ofrenda que hice y no me arrepiento. Mi inversión fue buena. He recuperado con creces lo que había invertido.
Prem Rawat – Maharaji