(Una reflexión sobre el mensaje de Prem Rawat)
Se dicen muchas cosas de la paz: que es un derecho de todos, un deber como compromiso con las instituciones, una recompensa por la vida que llevamos, la tranquilidad de conciencia en una vida de honradez… Pero aquí, queremos proponer una reflexión sobre la paz como “posibilidad al alcance de todos”.
Si distinguimos la paz política entre países, de la paz social entre grupos de intereses, y fundamentamos ambos conceptos en la paz individual o personal, estaremos asentando los cimientos de una paz duradera, la que echa sus raíces en el centro de la sociedad: el ser humano. La paz ha de empezar por las personas para que sea real, no impuesta doctrinariamente por ninguna ideología. Si así fuera, estaríamos reduciendo el anhelo ancestral de paz y de plenitud a un sistema de conducta, a una ética, a una costumbre sujeta al vaivén del tiempo y de las modas sociales.
Los griegos distinguían el ejercicio de la paz social a través de la ley, de la vivencia de la paz individual o armonía, más cercana a la libertad que a la norma. Así, en un hipotético diálogo entre la Ley y la Libertad, la Libertad proclama su derecho a ser independiente: “Quiero ser libre, no te necesito, me coartas mi libertad”. A lo que la Ley le responde: “Yo te protejo”. Porque sabemos que la libertad deja de serlo cuando es a costa del ejercicio de la libertad de los demás, cuando se rompe el equilibrio.
A este equilibrio o armonía nos referimos cuando pensamos en la paz personal cual conjunto de valores que incluye la serenidad, la tolerancia, el equilibrio interior, la sensibilidad hacia los demás. La paz no vive huérfana, al contrario, se vuelve productiva en su compromiso con los demás; fecunda, al querer darse; solidaria, con su ausencia en los otros. Vivir la paz es elevarla, transformarla de concepto en sensación, de idea en emoción, en sentimiento; y como tal, compartirla se vuelve natural, necesario, gratificante.
“Son dos las definiciones de la paz que forman parte de nuestra cultura: la paz como armonía y la paz como justicia. La cuestión, por tanto, es sencilla: ¿puede existir la paz e impregnar nuestras naciones e instituciones si no está presente primero en el corazón de los seres humanos para guiar sus acciones? ¿Qué eficacia puede haber en una paz entendida como justicia si esa paz no hunde previamente sus raíces en lo más profundo el corazón del ser humano?” Emilio Colombo, Ex Presidente del Parlamento Europeo. (Prefacio a la Biografía de Prem Rawat de Andrea Ceigan)
Hoy día, buscar la paz es posible, pero encontrarla, otro cantar… Sin embargo, no solo es posible encontrarla sino probable, porque ya se da en otros. Prem Rawat ofrece la posibilidad de que la paz esté al alcance de todos: “Busca porque la paz existe, búscala; y si no la encuentras, ven, yo puedo ayudarte”.
(Por cortesía de www.lapazesposible.es)