¿Qué será de ellas?
¿Qué será de él, de ellos?
Cuántas veces no habrá sido formulada esta pregunta en ese momento de la llegada de un hijo/a, nieto/a, refiriéndose a cómo se desarrollará la vida de los mismos en este mundo que se les ofrece. Otras veces, esta interrogación incontestada, es motivo de renuncia a desear tenerlos, escondiendo la misma, no diría un acto de egoismo sino más bien una gran ignorancia.
La respuesta es muy fácil. Ese niño/a tendrá muchas probabilidades de ser, lo que en ese momento estemos proyectando sobre ellos. ¿Qué estamos respirando, miedos, frustraciones, confusión? Esto es lo que van a percibir. ¿Proyectamos en cambio libertad, ilusión, claridad? Esto es lo que van a mamar. Así de sencillo, lógico y natural.
Por supuesto que no siempre los hechos se producen conforme a esa secuencia lógica. ¡Cuántas veces esa planta que hemos regado, cuidado, mimado, se nos ha marchitado! Y otras, en cambio, las vemos florecer en medio del asfalto, entre las rendijas de dos baldosas. Pero estas no dejan de ser excepciones que confirman la regla.
No me resistía a publicar esta foto de mis hijas. A la edad que tenían en la misma (ahora tienen veintiseis), ¡cuántas unidades de amor!, Gigamores (mira, me acabo de inventar esta unidad), no habrían recibido. ¡Cuántas comuniones de momentos “Aquí y Ahora” se habrían producido! Pocas, en cambio, unidades de sueños; tal vez ninguna. Muchas ilusiones de un padre ilusionado; enamorado de la Vida.
¿Qué ha sido, es y será de ellas? Solo puedo decir que disfruté enormemente entonces; que mereció la pena descubrir el punto desde el que esa proyección pudo tener lugar y que hoy sigo disfrutando al contemplar cómo se van desarrollando.
Gracias Prem Rawat
Enero 19th, 2008 a las 21:56
Bellísima foto, Julio…
Si… los hijos… cuántas veces no he pòdido darles lo que necesitaban…
Cuando los veo ya mayores, recorriendo sus propios caminos… con propios hijos que les enseñan a su vez la belleza de la Vida…
Siento tanta ternura por mis nietos… es muy bella la Vida aunque a veces se nos haga cueesta arriba, o tal vez en algún tiempo que ha sido poblado por tristezas… pero vale la pena… encontrar la calma… la sencillez… no… no es tarde… puede ser un comienzo cada día… en cada instante…
El pasado es lo que tuvimos que pasar para llegar aquí… y como tal lo tomo. Ahora vivo mi instante plenamente y no dejo que las dudas me corroan… confío en la Vida… en cada aliento que me trae la posibilidad de encontrarme más plena cada día… uno a uno… con cada sonrisa … con cada mirada cómplice… con la alegría que brota como una pequeña semilla germinando en el corazón… la siento… la acepto… doy gracias a la Vida y gracias a todos los que me enseñaron que para ser feliz y afortunado, hay que escuchar al corazón!!!
Abrazos!!!
Lidia
Enero 19th, 2008 a las 22:32
Lidia:
¡Es que he disfrutado tánto con ellos….! tengo cuatro. Ya, cuando llegó el primero, mis ojos miraban la vida de distinta forma a como la habían mirado hasta entonces, pues se habían abierto a una nueva vida. Mi corazón sentía distinto
Y atrás quedarón, olvidados, o borrados, o eclipsados tántos momentos amargos pasados… Y a partir de ahí, todo fue un presente y sabes que en ese presente todo es nuevo, a estrenar, para que lo disfrutemos…
Y en un ambiente de presente se han ido desarrollando sus vidas; en un ambiente de libertad, de amor, de claridad, de disfrute….
Y aquí sigo y sigo dándole gracias a Maharaji porque sin él, todo ello no hubiera sido posible.
Me alegro de todas las sensaciones por las que estás pasando y que describes en tu último párrafo.
¡Gracias a la Vida!
Un abrazo
Enero 20th, 2008 a las 1:24
Qué hermosas tus hijas y que gran padre has sido.
La responsabilidad de los adultos con las nuevas generaciones es grandísima. Lamento entonces que ahora se registren datos de madres hasta de 10 años. Un post que llama a la reflexión.
Gusto en saludarte desde Medellín, Colombia!
Enero 20th, 2008 a las 9:06
Lulli:
Bueno pero lo que comentas de esas madres son tal vez excepciones, pero hay otros muchos padres que han decidido su llegada “conscientemente” pero ignorantes. Ignorantes porque desconociéndose a sí mismos, mal pueden conocer a aquel/lla que está por llegar.
Lo ven como una cosa más que tiene que encajar en sus vidas, en sus esquemas y si no se produce así, pues resulta algo molesto, indeseado.
Pierden “su libertad”, libertad nacida de la ignorancia. Esa libertad que les permite salir esta tarde con tus amigos; pero, ¡qué libertad más pobre y qué pobres serán por tanto las sensaciones derivadas de la misma!
Encantado de tu visita. Paso luego a saludarte
Un abrazo
Enero 20th, 2008 a las 13:28
¿Sabes lo que he pensado nada más la foto..??
Que lo más bonito de todo, es que seguramente si en este momento les tomarás una instantánea como esa, su sonrisa y su mirada habrían crecido pero la intensidad y la alegría de su brillo saldrán iguales, igual de guapas¡¡
Eso es precioso verlo en la mirada de quienes más queremos
gracias por ese espejo.
Muchos besitos
Enero 20th, 2008 a las 13:49
Brisa:
pero es que se han desarrollado en una buena compañía: el cariño de sus padres; la libertad en la que han crecido; la comprensión,la alegría…. en suma, yo creo que han vivido y están viviendo la Vida y el mejor escaparate en el que ésta se manifiesta es en su mirada.
Tienes toda la razón y no es porque yo esté chocho por ellas, que un poco sí que lo estoy
Besos para tí, Brisa
Enero 20th, 2008 a las 15:17
Muy guapas tus niñas! es una instantanea preciosa y tienen unos ojos muy vivos (de pillas diría yo
). Enhorabuena, tus hijos tienen mucha suerte de tener unos padres como los que han tenido.
No puedo hablar desde la perspectiva de ser madre porque no lo soy, solo puedo hablar desde la de ser hija. Quiero a mis padres porque son lo mejor que tengo y se que, con sus limitaciones educativas, económicas y sobretodo sentimentales, hicieron lo mejor que supieron hacerlo con sus tres hijos.
El otro día su nieta de 12 años fue a hacerles una entrevista para la escuela y les preguntó “¿Cual es el momento más felíz de vuestra vida?” Se quedaron mudos, mis padres NUNCA se habían hecho esa pregunta, me lo confesó mi madre después “Ay hija, ya sabes cómo somos de sosos, no nos hacemos esas preguntas!” “Y qué le respondísteis” “pues… pues, cuando nacieron nuestros hijos, ¿que le voy a decir?”
Son personas que viven y hacen lo que hay que hacer porque hay que hacerlo (”lo bueno tiene que ser”) y eso hicieron con nosotros. Nos quieren, lo sé, pero demostrarlo con palabras o caricias por ejemplo, es algo que no aprendieron ellos y no nos mostraron a nosotros. No se lo reprocho, no puedo reprocharles nada. Intentaron enseñarme lo que ellos creían que era lo correcto. No siempre acertaron, pero les agradezco todo eso que me dieron y me siguen dando, un “Te quiero” que no les oigo decir pero que sí siento.
Una vez más, suerte que tienes de tener esos hijos y suerte tus hijos de tenerte como padre.
Bss
Enero 20th, 2008 a las 16:47
Avellaneda:
La descripción que has hecho de tus padres podría encajar perfectamente con la que yo pudiera hacer de los mios. Buenos padres, que hicieron todo lo que pudieron por sus hijos; que se sacrificaron por nosotros en más de una ocasión y que nos educaron conforme al horizonte, a la perspectiva que ellos tenían de la vida, fruto a su vez, de la educación recibida y del entorno social en el que se desenvolvían.
Yo el hecho de traer esta foto aquí y escribir lo que he escrito, no es, y esto no haría falta que lo dijera, para que alguien piense: ¡qué buen padre o qué buenos padres tuvieron estas niñas!, sino para significar lo que el conocimiento de Maharaji y la posterior práctica de su Conocimiento, significó y está significando en mi vida.
Porque de otra forma, con pequeñas variantes, seguramente hubiera tenido con mis hijos, en el supuesto que los hubiera tenido, un comportamiento similar al que mis padres tuvieron conmigo. Pero no, la llegada de Maharaji, supuso un cambio total en mis esquemas y en la forma de ver la vida, mi vida. Ya no había limitaciones; ya no había miedos ni proyectos más o menos próximos o lejanos, para mí y para mis hijos, de los que esperar más de lo que te podían dar. Desaparecieron corsés que te conformaban y les hubieran conformado externamente, apareciendo en cambio una fuerza, un sentimiento interior, que reconocías como propio, que te iba conformando conforme a lo que tú sentías era tu propia naturaleza.
Desapareció la ignorancia de saber de qué va esta vida y apareció el conocimiento para poder decirles: hijos, de ésto va esta historia.
En fin, aparecieron tántas cosas y desaparecieron tántas otras que daría para escribir páginas y páginas.
Así que, Avellaneda, la gran suerte tanto para mí como para ellos es que alguien, un dia, me hiciera ver la vida desde otra perspectiva; con otros ojos.
Besos
Enero 20th, 2008 a las 17:28
No creo que tengas que explicar nada a ese respecto, Julio, sé muy bien lo que expresas con este post y con todos los que expones y sé que no es vanagloriarte, si no mostrar lo que hace que te sientas así y transmitírnoslo y empaparnos. Pero oye, insisto que es una suerte, otros tienen otras suertes o las llaman de otra manera.
He leído tu post y no he podido dejar de pensar en mis padres que, por una cuestión familiar, se encuentran en la tesitura de pensar que se equivocaron con la educación de sus hijos. Y no podía dejar de pensar en ellos y en lo injustos que podemos ser los hijos para con ellos… Nada más.
De todas maneras Julio, y todo esto es mi humilde opinión, aunque es una suerte que alguen te hiciera ver la vida desde otra perspectiva, que además esta nueva perspectiva te hiciera más felíz y vivir en plenitud, con esa filosofía que vives y transmites, el mérito es tuyo y de los tuyos. Eres el que se lo ha currado. Maharaji puso en tí la semillita
.
Besos domingueros
Enero 20th, 2008 a las 20:21
Avellaneda:
Por supuesto que es una suerte. Muchas veces he dicho que soy muy afortunado por la forma en que se ha venido desarrollando mi vida a partir de…
¿El mérito? Maharaji efectivamente puso en mí la semilla que yo he ido cultivando con mi esfuerzo, pero hay un factor muy importante que es la vigilancia, el cuidado, el amor, la dedicación que él ha puesto en todos a los que un día nos dio el Conocimiento.
Me hubiera descolgado; seguramente me hubiera perdido, despistado, sin ese cuidado exquisito que Maharaji ha puesto y sigue poniendo a lo largo de todos estos años. Es una vida entera dedicada a ello.
Besos domingueros
Son más dulces que los de lunes, ¿no?
Enero 20th, 2008 a las 20:48
De todas formas del contenido del post yo me quedaría con esas frases de:
¡cuántas unidades de amor!
¡Cuántas comuniones de momentos “Aquí y Ahora” se habrían producido.
Porque para mí, ese es el mejor alimento y la mejor arma con que pudiéramos dotarles para “enfrentarse” al mundo. Y además es algo que está al alcance de todos, no es privilegio de nadie. Solo hay que contactar con el foco capaz de producir esas sensaciones. Y si no se sabe cómo llegar al mismo, pues se pregunta.
Enero 20th, 2008 a las 21:36
¡Qué guapas! Seguras que ahora serán más guapas todavía.
Miedo por el futuro de nuestros hijos. Cierto, tan cierto como que respiramos. A veces no sabes si lo estás haciendo bien… Creo que no lo puedo evitar.
Espero que lo que le transmito le ayude a enfrentarse a la vida, lo espero…
Un abrazo
Enero 20th, 2008 a las 22:22
Ojodefuego:
Tenemos dos opciones: tener miedo por ellos o no tenerlo. Somos libres o deberíamos serlo para elegir una opción u otra. Se tratará pues de elegir la que sea más favorable tanto para ellos como para nosotros, ¿no?.
Estoy seguro que lo que le trasmites, si exceptuamos el miedo que tal vez no llegue a captarlo, le va a ayudar en su desarrollo.
Un abrazo
Enero 21st, 2008 a las 13:49
Si alguien duda de la existencia de los milagros, le propongo “la prueba del algodón”. A saber:
Que compare la foto de tus hijas con una foto tuya
En fin, mismamente yo mismo he sido “tan” y “tan” y “tan” mejorado por mis vástagos (3) que… el algodón no engaña, los milagros son definitivamente un hecho que forma parte de la experiencia cotidiana de la paternidad
Enero 21st, 2008 a las 14:15
Que preciosa foto…
Realmente, ( voy a hablar desde el papel de hija, porque de momento desde el de madre solo podría hablar hipotéticamente y no sería sincera ) por mucho que hagas o deshagas en tu vida, hay algo dentro de nosotros que han plantado nuestros padres. En ocasiones el carácter, un modo de ver la vida e incluso creencias y valores, van dentro de nosotros como si vinieran de serie.
Durante mucho tiempo, salía en estámpida cada vez que uno de mis movimientos me recordaba a mis padres… Hoy en día, soy feliz cuando hago algo que sé que hace mi madre, porque ella es grande y hermosa de corazón.
Eso sí, mi mal genio cuando se arranca y alguna que otra pataleta que vienen de la mano de los genes paternos… ya no me gustan tanto, aunque si estan ahí, seguro que es por algo.
Ya veremos…
Agatha Blue*
Enero 21st, 2008 a las 14:50
Felizahora:
Pues no creas, no creas, que me dicen que conforme pasan los años, estoy más guapo y más interesante jajaja.
Lo de la foto es que no me dejaría Angelines.
Un abrazo
Enero 21st, 2008 a las 14:56
Agatha:
No se, no se si tu padre estaría muy de acuerdo con lo que dices. Y además, al menos por lo que yo conozco, por aquello de querer ser diferentes, los hijos son más críticos con los padres y las hijas con las madres.
Pero de lo que no cabe ninguna duda, es que heredamos mucho de sus caracteres, no en vano son muchas horas, muchos días y bastantes años conviviendo en común.
Voy a pasarme por ahí a ver como fue la presentación famosa
Un abrazo
Enero 21st, 2008 a las 16:07
Si es que nos volvemos “arrebatadores” ¿verdad tú?, dímelo a mí que no puedo ni salir a la calle sin ser acosado (en sueño-landia)
felizahora
Enero 21st, 2008 a las 21:34
Pues yo que estoy en una edad y en una fase en la que me apatece mucho enfrentarme al reto de ser madre, te confieso que me he preguntado muchas veces si era sensato serlo. Quiero decir, si merecía la pena traer a este mundo hostil, cruel, violento, a otro ser humano. Mi chico y yo nos lo hemos preguntado tantas veces y yo misma, en soledad, me lo he planteado tantas otras, porque no niego que me asusta no estar a la altura de la responsabilidad. O que no sepa o no pueda evitarle sufrir, asistir al horror, al miedo, al reto de vivir. Pero luego pienso en que yo fui educada en el amor y la libertad. Nunca me faltó el cariño, el aliento y la confianza, especialmente de mi madre. Y tuve que lanzarme al mundo, pero partiendo de una referencia de desprendimiento, de ausencia de posesión por parte de mi madre, que siempre me transmitió independencia, y aprendí a valorar todo su amor, su entrega. Su lucha, sus temores que me ocultó mientras crecía, y su fe en mí. Todo ello me ha construído, me ha ayudado a ser lo que soy, con mis carencias y mis valores. Y creo que el amor se puede transmitir como una cadena, de mi madre a mí, y de mí a los demás. Justo como os habrá pasado a ti y a tu mujer con tus cuatro hijos. Y después con los nietos, y los hijos de los nietos. Porque la base es sólida y buena. Y dicen que así, se puede construir el mundo…;-D
Un beso muy fuerte, Julio.
La foto es preciosa.
Enero 21st, 2008 a las 22:02
Felizahora:
Tendremos que salir en pareja para defendernos, jajaja
O ¡¡que ataquen todo lo que quieran!!
Enero 21st, 2008 a las 22:22
Tamara:
Lo principal es sentirnos, Tamara; sentir nuestro interior. Entonces, esa fuerza, ese amor, porque es amor lo que se siente, hace que queden eclipsados todos esos sentimientos de miedo, de angustia. No tienen cabida. No ha lugar para esos planteamientos de qué será de él/ella.
Y a partir de ahí, a disfrutar, porque son juguetes maravillosos que actúan directamente sobre nuestro corazón; que lo activan continuamente desde el punto de mañana hasta la noche. Que desarrollan nuestra generosidad. Que te ayudan a permanecer en el aquí y ahora, porque ellos son la más pura manifestación de ese momento.
Yo creo que hay una frontera muy dificil de delimitar entre nuestro egoismo y nuestra sinceridad, cuando nos hacemos esos razonamientos. Si la que juzga es la mente, la decisión se va hacia un lado; si la decisión la toma el corazón, no hace falta saber hacia donde se irá.
Un beso para tí, Tamara