En tu interior

Prem Rawat-Maharaji me ayudó a encontrar en mi interior, lo que siempre estaba buscando en el exterior

Acciones y reacciones

Archivado en: Desclasificados — Julio a las 10:52 am el Martes, Julio 15, 2008

Mi querida amiga Brisa, con su post “Caminando”, me da pie para publicar lo que sigue a continuación.

En el mencionado post, Brisa dice creer que todo lo que hacemos, pensamos, sentimos; nuestras conversaciones, miradas, emociones, en definitiva todo lo que llevamos a cabo, afecta de alguna forma a todos los demás, por lo que deberíamos extremar nuestro cuidado a fin de que nuestra forma de actuar no influyera negativamente en los otros.

Debo decir que estoy totalmente de acuerdo con esa creencia a la que, por darle un carácter más científico, la he identificado en más de una ocasión con el famoso principio de acción-reacción; todos nuestros actos tienen una consecuencia o reacción.

Entonces, ¿cuál debería ser nuestro comportamiento a fin de que no ejerciera una influencia negativa en los demás? ¿Dónde habría que buscar esas normas de comportamiento? ¿Dónde estarán escritas?

Lo tenemos muy, muy fácil. No tenemos que inventar nada, sencillamente nos tenemos que comportar como lo que somos, como seres humanos.

Esas normas, a mi entender, no nos deben ser impuestas desde el exterior puesto que ya las llevamos impresas en nuestro ser.

¿Y nuestro ser donde se manifiesta?

Se manifiesta exclusivamente en el aquí y ahora. En el único lugar donde puede tener lugar su existencia; donde habita

¿Y a dónde debemos ir para encontrarnos con esa manifestación?

A nuestro interior

Y entonces sí, con total seguridad vamos a tener una forma de actuar que en absoluto va a resultar negativa para aquellos que nos rodean.

Una forma de actuar natural porque nace de nuestra propia naturaleza, muy distinta de aquella otra nacida como consecuencia de la imposición desde el exterior de formas de conducta impuestas, que darían lugar a otras tantas naturalezas distintas. Y esto, no se por qué, me parece que no es posible dado que nuestra naturaleza es única.

La naturaleza del manzano, convenientemente cuidada, dará los frutos que tenga que dar que serán manzanas. No porque alguien decida que debe ser así, sino porque esa es su naturaleza.

Descubramos y cuidemos nuestra propia naturaleza y veamos y disfrutemos de los frutos que nos vamos a dar y en consecuencia podamos ofrecer.

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