En tu interior

Prem Rawat-Maharaji me ayudó a encontrar en mi interior, lo que siempre estaba buscando en el exterior

El juego de la vida

Archivado en: Personales — Julio a las 11:33 am el Miércoles, Marzo 28, 2007

Una cosa hay que admitir y tener clara: que hemos venido a este mundo para ser felices. Una vez esto claro, habrá que llegar a la conclusión de que si no lo conseguimos, algo está fallando.

Y nuestra felicidad, no puede depender de otros, porque si fuera así, alguien nos podría condenar a la infelicidad para toda la vida. Luego si no somos felices, es porque en algo estamos fallando: NOSOTROS

Pero esa felicidad, nos la tenemos que ganar triunfando en el juego de la vida en el que estamos inmersos. Y en ese juego, hay elementos que tienden a hacer que lo perdamos (la mente), pero también hay, afortunadamente, otros elementos que juegan a nuestro favor; más poderosos, porque su misión es vencer a los primeros.

Y para triunfar, hay que saber manejar esas cartas ganadoras. Primero hay que descubrirlas y una vez descubiertas, si creemos que somos capaces de ganar el juego nosotros solos, sin ayudas, adelante; en caso contrario, deberíamos ser lo suficientemente humildes, para permitir que alguien nos enseñe a manejarlas.

Así de simple; pero lo volvemos complicado porque no admitimos la sencillez.

Yo, solo puedo hablar de lo que conozco y he experimentado. ¿Qué hay otros procedimientos?: no lo se. Yo no puedo hablar de cómo llevan otros este juego de la vida del que estoy hablando; tendrían que ser ellos. Yo solo puedo hablar de cómo va mi juego y puedo decir que estoy viviendo un juego maravilloso; digamos que juego con las cartas marcadas porque le he cogido el truco.

De cualquier forma y aunque en este momento alguno no haya descubierto esas cartas que puedan llevarle al triunfo, solamente el hecho de saber que existe ese juego y que hay la posibilidad de participar un día en él y ganar, es para que sentirse muy, muy afortunado.

Porque el mayor sufrimiento es la ignorancia de no saber para qué estamos aquí

17 Comentarios en “El juego de la vida”

  1. Azusa comentaba que:

    Si bien es cierto que casi siempre hay posibilidad de elegir, a veces, creo que hay gente que por ciertas circunstancias no puede ser infeliz. Sí, creo que hay otros, o determinadas circunstancias que te lo impedirán. Yo soy la primera que ante los grandes problemas intenta poner buena cara y buscarles el punto positivo, pero supongo que por ejemplo, en el caso de una mujer maltratada, esta no será feliz porque hay alguien que se lo impide. Puede huir de esa persona, denunciarle… pero hasta que la justicia actúe la mujer no podrá ni siquiera acercarse a ser feliz porque las circunstancis se lo impiden.
    Y es sólo un ejemplo.

  2. Julio comentaba que:

    Azusa:
    Por supuesto que hay circunstancias y muchas, no que impidan experimentar esa felicidad de la que hablo, sino que hacen más dificil llegar a ella. Ya no solamente el caso que mencionas, sino otros como puedan ser no tener las necesidades materiales más elementales cubiertas: alimentación, vestido; enfermedades, etc. Es lógico que la mayor atención y dedicación de las personas que se ven en ellas, sea salir de esa situación, pero yo me pregunto: ¿Y qué pasa cuando esa mujer maltratada deja de serlo, o qué pasaba antes de entrar en esa situación? ¿Pasa a ser feliz o era feliz? Antes de caer enferma esa persona, ¿era o no era feliz?

    Por otra parte, entiendo que siempre hay que huir de las situaciones extremas; hay mucha gente que tiene sus necesidades materiales cubiertas y más;que disfruta de una envidiable salud; hay muchas mujeres que no son maltratadas, ¿Como están jugando estas personas el juego de la vida que comento?

    Yo vivo, me figuro que como tú, dentro de una comunidad de vecinos. Todos ellos tienen una cierta posición económica, holgada, diría yo. Desconozco si hay o no alguna mujer maltratada, o marido. ¿Sabes que te digo? son contados con los dedos de la mano los que te podría decir: ¡he ahí a una persona feliz!

    Yo así entendí el juego; hice oreja y hoy estoy donde estoy. Casado y con 4 hijos, con los problemas que estos pueden presentar, pero nunca, nunca, estos problemas han sido motivo para que yo perdiera la consciencia de dónde estaba mi felicidsad, o para que yo fuera tan ignorante que achacara a ellos el motivo de mi infelicidad, siempre, en todo caso y afortunadamente, pasajera.

    Resumiendo: por instinto de supervivencia lo primero que haremos es prestar nuestra atención a esa situación que nos agobia, pero para los que afortunadamente no estamos en ellas, nunca puede ser un motivo de justificación su existencia en los demás, para justificar nuestra infelicidad.

    Un abrazo

  3. verde comentaba que:

    No estamos en este mundo solos, por lo tanto nuestras casrtas “marcadas” dependen mucho del otro jugador.
    ¿Cómo marcamos las cartas de esa gente que no tiene nada, que no sabe que sale el agua por un tubo, o que se puede comer algo más que arroz…?

  4. Julio comentaba que:

    Verde:
    Te podía remitir al comentario que le he hecho a Azusa.
    ¿Cómo marcamos las cartas de esa gente?. Pues te lo voy a decir: siendo solidarios con ellos. Y ¿sabes? esa solidaridad saldrá mejor de un corazón contento que de otro que no lo esté. ¿Acaso no te ha ocurrido a ti que cuando estas contenta te es más fácil prodigar las demostraciones de cariño, que cuando no lo estás? Del mismo modo, cuando estás contento, te es más fácil dar y contribuir que cuando no.

    Así que tenemos dos opciones: recrearnos con lo mal que está el mundo y llegar a la conclusión que estando como está, nosotros no podemos estar bien y ahí acabaría, o no, nuestra contribución a su mejora, o la otra opción sería, no ignorar por supuesto, la situación en la que se encuentran todas esas personas, pero a la vez intentar colocarnos en una posición desde la que poder colaborar más facilmente a aliviar su situación, porque ya digo, esto lo hace mucho mejor un corazón contento.

    Así lo siento yo

    Un abrazo

    P.D. Y no se por qué nos tenemos que ir siempre a los casos extremos, cuando hay tánta gente como he dicho en el anterior comentario, que no estando en la situación que planteas, no acaban de encontrar lo que todos andan buscando.

  5. felizahora comentaba que:

    Pues yo sí sé, sí que lo sé, por qué vamos a los casos extremos

    No podemos admitir que la felicidad es una posibilidad en nuestra mano (vade-retro-satanás), así que cualquier apañamiento de escusas que suenen bien al respecto pues nos va de perlas

    Lo siento, pero con mi edad los “pañitos calientes” ya no me sirven

    Con cariño

  6. Julio comentaba que:

    Felizahora:
    Poner excusas fabricadas para otros asuntos: esa cita a la que no acudiste, esa asignatura que no aprobaste…, bueno, vale.
    Ahora poner excusas para no acudir a esa cita, que es la cita de las citas, como es el encuentro con TU FELICIDAD, es algo incomprensible. aunque en realidad si que se comprende una vez has entendido de qué va el juego. Comprendes que la mente te ha ganado la partida.

    Con cariño

  7. felizahora comentaba que:

    Sangrienta partida esa, sangrienta y cruel hasta el extremo

    Destruye lo más indefenso, cada momento de mi vida que intentaba traerme felicidad

    No estoy por la labor, yupiiiiiiii

  8. Trini comentaba que:

    Bueno…siempre he pensado que la felicidad, así al completo, es una utopía. Siempre he creído que la felicidad se compone de instantes felices y el truco o el arte, consiste en aprovecharlos al máximo y disfrutar de ellos y guardar la sensación muy adentro de nosotros para que cuando lleguen los instantes oscuros, no se nos apague la luz del alma.
    Aunque parezca una locura, he sido muy feliz en ciertos momentos de mi vida que, vistos desde fuera, todos podrían pensar en mi como, pobre trini, qué mala suerte… Sin embargo, yo he sido, en todo el proceso, a veces penoso, muy dichosa. Y ahora, a pesar de mis lógicos temores, sigo siéndolo y espero que mi dicha interior continue…

    Un abrazo

  9. Julio comentaba que:

    Trini:
    Un ejemplo que ya he puesto otras veces y es el de un niño de 5-6 años yendo de la mano de su padre; un padre que lo trate normalmente. Para ese niño, la sensación de ir de esa mano, es el no va más. Es su plenitud. Para él, en ese momento la felicidad no es una utopia, sino que existe realmente: esa seguridad, esa comprensión ese consuelo..Es lo que le gustaría sentir siempre, siempre.
    Se soltará de ella cuando vaya al colegio y tal vez en éste, otros compañeros le hagan pasar por momentos difíciles; tal ves le harán sufrir y llorar, pero él, en todo momento tiene el recuerdo de esa mano y la seguridad de que va a disfrutar de ella otra vez, por lo que esos malos momentos se diluirán en parte con esa perspectiva. No por el recuerdo, sino por la plena seguridad de que cuando abandone el colegio, va a volver a encontrar esa mano
    Nosotros, adultos, también podemos encontrar en nuestro interior a un padre que produzca los mismos efectos que producía en el niño. Que nos proporcione seguridad, que nos comprenda, que nos consuele y sobre todo que nos anime a seguir. Y al igual que sucedía con el niño, habrá acontecimientos tristes, sean enfermedades, desgracias familiares, quebrantos económicos, etc. que hagan que momentaneamente o por un tiempo, nos desconectemos en nuestra percepción de la existencia de ese padre, pero como sabemos de la misma, de los efectos tan agradables que nos suponía ir de su mano y como sabemos también el procedimiento para volvernos a encontrar con él, aun en medio de esos estados no muy agradables en que estemos inmersos, nos conectaremos y afrontaremos con él, todo lo que haya que afrontar.
    Esto es lo que siento que produce en mí, la práctica del Conocimiento de Prem Rawat.

    Un abrazo

  10. Gemuina comentaba que:

    Jolin,Julio un post demasiado apropiado para filosofar.¿Para qué venimos?
    La verdad que ligar nuestra vida a la felicidad es bastante adecuado, aunque si en algún momento no sopla el viento a favor hay que buscarla a toda costa hasta en las cosas más simples.
    Hace tiempo que leí una frase de un amigo en el msn, que me encantó, y la verdad que perdura en el tiempo dejándola puesta, pensé un día hablar sobr ella en un post, pero la verdad que me voya adelantar con el tema que has expuesto, dice esto: La felicidad no es un destino al que llegar, sino una forma de viajar.La verdad que es un largo viaje o corto la vida,s egún se aproveche, y realmente es como la botella de agua en un viaje por el desierto la felicidad, tienes que saber mantenerla, ¿verdad?Uy uy, esto creo que voya hacer copia y pega par un neuvo post, me ha quedado muy poético, jejeje.
    Besos

  11. Julio comentaba que:

    Gema:
    ¿Para qué venimos? Pues para hacer aquello que nos pide el cuerpo. ¿Y qué es lo que nos pide el cuerpo? Sentirnos bien. estar satisfechos. Y para conseguir esto, hacemos tántas cosas diferentes: desde andar con unos zapatos cómodos, sentirnos guapos, intentar materizar ciertas ambiciones, etc., etc.
    ¿Pero qué tienen unos zapatos para producir ese milagro? Nada, no tienen nada,lo único que hacen es activar un bienestar que ya se encuentra en nuestro interior.
    Lo que pasa es que tarde o temprano, ese logro de objetivos se acaba o su consecución ya no nos proporciona ese bienestar que perseguimos, ¿entonces?.
    Entonces te diré que hay otro procedimiento para conseguir ese sentirnos bien, que es contactar con el bienestar que ya se encuentra en nuestro interior; directamente, sin necesidad de alcanzar ningún otro objetivo.
    Y esto es lo que hace la práctica del Conocimiento de Prem Rawat. Y así y tal como dice tu amigo, la felicidad no es un destino, sino que puedes viajar con ella allá donde vayas. Sin gastar una perra; Totalmente gratuita.
    Yo diría que es un buen descubrimiento.

    Un abrazo

  12. unjubilado comentaba que:

    Al leer el post sin haber visto los comentarios lo primero que me ha venido a la cabeza es: Si yo hubiera nacido en un pueblo oprimido, lleno de miseria, donde la vida no vale absolutamente nada (pueblos marginados de la India, grupos nómadas de Africa machacados por la guerra, barrios periféricos de Manhattan…) ¿seguro que opinaríamos que hemos venido a este mundo para ser felices?
    Un abrazo Julio.

  13. Julio comentaba que:

    Jubi:
    Aunque tal vez quede contestado esto que planteas, en mis anteriores comentarios, mi respuesta es que, claro que pensaría lo mismo y claro que piensan lo mismo esa gente que se encuentra en la situación que describes. Y más que opinar o pensarlo, es que lo intentan por todos lo medios a su alcance.
    Y es por eso, por ese deseo de mejorar su bienestar, “su felicidad”, es por lo que algunos, aun a costa de arriesgar sus vidas, embarcan en esas pateras que todos conocemos.
    Otra cosa es que, vencidas todas esas dificultades, y ya entre nosotros, y ya cubiertas sus necesidades más elementales, sean más felices aquí que en sus aldeas remotas.
    Felizahora hizo o me hizo re3ferencia una vez a ¿un gráfico? en que se mostraba que a mayor grado de bienestar económico o material, menor grado de satisfacción, de felicidad.

    Un abrazo

    P.D. ¿Pero no os vais a Broto?

  14. Trini comentaba que:

    Julio, a esa mano me agarro, a ella voy asida, en ella he depositado mi fe y mi esperanza.

    Un abrazo

  15. Julio comentaba que:

    Trini:
    Ten la seguridad de que no te va a abandonar nunca. Te acompañará hasta el último aliento.
    Me alegro de que vayas en tan buena compañía.

    Un beso

  16. Marinel comentaba que:

    Es cierto que este juego es maravilloso y que si tienes ganas de jugarlo,además es emocionante.
    Las cartas no siempre son propicias,pero verlas de una u otra manera, puede hacernos seguir la partida o abandonarla…
    No quisiera abandonar jamás la partida y desearía llegar al final,porque ganar, a pesar de los pesare…ya he ganado naciendo a este mundo…
    El después, sencillamente, ya se sabrá…
    Besos.

  17. Julio comentaba que:

    Marinel:
    Es que, tengas ganas o no, hay que jugarlo, de ahí la importancia de hacerlo con unas buenas cartas. Y hay diferencia de hacerlo con unas o con otras; tanta como la que va del sufrimiento al disfrute.

    Y no creas, para muchos el haber nacido no les supone ningún triunfo, antes todo lo contrario. Pero siempre tienen la esperanza de encontrar a alguien que les enseñe a manejar de la mejor forma, las cartas que les han tocado en suerte.

    Un abrazo, Marinel

Deja tu comentario