En tu interior

Prem Rawat-Maharaji me ayudó a encontrar en mi interior, lo que siempre estaba buscando en el exterior

El genio

Archivado en: Desclasificados — Julio a las 11:00 pm el Viernes, Diciembre 15, 2006

Hace unos dias, dejé en un post de Conchi
un comentario en el sentido de que resulta fácil acallar las palabras; dificil acallar la mente e imposible silenciar las llamadas de nuestro corazón. Esas llamadas que reclaman una y otra vez nuestra atención para que saciemos su anhelo de ser satisfecho.

Sobre la mente me viene a la memoria un cuento que escuché hace ya un tiempo.

Erase una vez un hombre, un buen hombre, piadoso, pero muy pobre, al que le resultaba extremadamente dificil satisfacer sus necesidades más elementales así como las de su familia. Una y otra vez rogaba a Dios para que pusiera fin a aquellas penalidades. Tanto y tanto le rogó que un buen día, se le presentó y le preguntó por el motivo de su llanto. Apiadándose de él, le dijo que le iba a enviar un genio al que le podía pedir todo lo que quisiera, que al instante sería satisfecho. Solo le hizo saber que ese genio tenía una particularidad y era que no podóa estar inactivo, así que le tenía que estar pidiendo algo constantemente,

Al buen hombre, que tántas necesidades tenía, no le importó en absoluto esta particularidad del genio, asi que aceptó de muy buen grado el ofrecimiento.

Al pronto se apareció el genio y enseguida, dirigiéndose al hombre le dijo: Mi amo, pídeme lo que quieras. El hombre, lo primero que le pidió fue una casa, pues deseaba abandonar aquélla choza en la que había vivido hasta entonces. Al instante la tuvo delante sí, al mismo tiempo que el genio le solicitaba una nueva petición. Quiero los muebles más bonitos que haya en el mercado. Dicho y hecho, los muebes estuvieron allí al instante. Más mi amo; pídeme más cosas, le exigió el genio. Tráeme un cofre lleno de monedas de oro, con las que poder comprar lo que me plazca. Dicho y hecho; el cofre con las monedas allí estaban. Más mi amo…, pídeme algo más….

Ya os podéís imaginar como continuó la historia, hasta el punto de que, al cabo de un tiempo, el hombre, desesperado porque aquel genio no le dejaba disfutar de lo que iba poseyendo, y a punto de volverse loco, imploró de nuevo Dios al que le contó sus vicisitudes.

Otra vez Dios se apiadó de él y le propuso la solución a su problema. Consigue un poste lo más alto posible, le dijo, y clávalo en el suelo y cuando el genio se dirija a ti para que le mandes más faena, le dices: Mira genio, debes subir y bajar ese poste hasta que yo te diga basta.

De esta forma, a partir de entonces, tuvo al genio entretenido y él pudo disfrutar de todo lo que poseía.

El Conocimiento de Prem Rawat algo sabe de esto, de controlar o intentar controlar ese genio que todos llevamos dentro.

2 Comentarios en “El genio”

  1. Trini comentaba que:

    A mi entender, el genio se controla con la sabiduria que dan los años. Mal controlador es la pasión de la juventud.

    Un abrazo

  2. Julio comentaba que:

    Trini:
    No se, no se, si eso es así. Esa mente, salvo en nuestra niñez, nos maneja a su antojo. A veces muy sutilmente, pero que nos lleva o nos intenta llevar por donde quiere, para mi no hay duda.

    Un abrazo

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