Desaparece la duda
Sé que si quiero ver el amanecer, tendré que levantarme antes que el sol. ¿Qué puedo hacer? Los aparatos no me ayudarán. Tengo computadoras, relojes y todo tipo de aparatos electrónicos; me encantan esos artilugios, de verdad. Pero nada de eso me ayudará a ver el amanecer. Tendré que estar preparado y despierto antes de que salga el sol, mirar en la dirección correcta y esperar y esperar. No soy una persona a la que le guste esperar pero lo haré. Esperaré con gusto y con paciencia. Nunca diré: “¡Vamos, ya es hora!” , porque sé que mi reloj puede equivocarse, pero el sol nunca se equivoca.
Confío. ¿Qué otra cosa puedo hacer? He descubierto que esa confianza me proporciona alegría, algo tan magnífico. Puedo confiar y entenderlo. Puedo comprender su sencillez. ¡Créeme!, ha habido más de una mañana en la que me he quedado ahí en el frío, esperando y esperando, con los ojos bien abiertos. Y en el instante en el que salía el sol podía sentir su calor, y no había ninguna duda. No era necesario plantearse si había amanecido o no. La oscuridad había huido, no porque alguien llenara baldes de oscuridad y los arrojara en otra parte. Al llegar el sol la oscuridad se desvaneció. Su presencia era totalmente evidente. No hacía falta que alguien me diera un golpecito en el hombro y dijera: “¿Ves eso? Es el sol” . No. Podía estar solo, y de hecho lo estaba, y sentirlo. Lo comprendía y confiaba.
Y tan evidente como es para mí el sol de la mañana, así ha de ser la alegría en mi vida. No puede ser algo tan sutil que me vea obligado a investigar en libros para saber que la tengo. La belleza tiene que ser tan evidente en mi vida que no necesite a ningún testigo, basta con que yo mismo sepa que la percibo. La sencillez tiene que ser tan evidente en mi vida que nadie tenga que decirme que la he conseguido. Mi sed debe ser evidente para mí, no para nadie más, sino para mí.
Existe un estado que podemos alcanzar en el cual desaparece la duda. Y es hermoso. Carece de ambigüedad. Un lugar lleno de armonía y entendimiento en el que desaparece la duda, el conflicto y la confusión. En nuestro interior existe un lugar así.
Prem Rawat-Maharaji
Septiembre 20th, 2006 a las 6:48
“Desaparece la duda” es muy acertado como titulo. Por lo menos yo lo tengo presente cada dia al amanecer.
Cada noche me trae miles de problemas , de dudas , de preguntas , muchas veces de malestares pero al salir el sol es como pasar un borrador a todo esto.
Septiembre 20th, 2006 a las 9:20
Cerise:
Pero el amanecer es un momento más del día, como otro cualquiera. ¿Por qué no proponernos que todos los momentos del día sean amaneceres para nosotros, en los que se haya borrado todo lo anterior y se presenten limpios?. Tenemos la goma o el limpiaparabrisas adecuados para conseguirlo.
Un abrazo
Septiembre 20th, 2006 a las 11:04
De camino al trabajo, paseo por las calles vacías de mi pueblo, y a diario, veo amanecer, pero fijate tú, según tenga mi espíritu aprecio mejor o peor los tonos que va tomando el cielo en esos diez minutos de camino. Hay días, que el pecho se me inflama y doy gracias por ver de nuevo amanecer y siempre pido que amanezca siempre en mi alma. Otros días, aunque despunta el sol, mi contorno va envuelto en sombras, pero son los menos.
Un abrazo Julio, que siga amaneciendo en tu alma y en la mía y de paso en la de todos los que saben apreciar un amanecer.
Septiembre 20th, 2006 a las 11:22
Yo he visto muchos amaneceres y atardeceres en esta vida y en muchas ocasiones he dejado lo que estaba haciendo para contemplar esa belleza infinita que nos proporciona la naturaleza.
Un saludo
Septiembre 20th, 2006 a las 13:05
Trini:
Es muy bonito oir expresarse a la gente así. De todas formas, en este sentido, debemos ser ambiciosos y aspirar a que todos los días podamos apreciar esos tonos que nos inflamen el pecho, como dices.
Porque en realidad, ¿qué conseguimos recreándonos en ese velo que se nos pone por delante y nos impide ver el cielo así?: nada. Luego, entonces, lo mejor es apartarlo, eliminarlo.
Un abrazo
Jubi:
Pero la satisfacción por esa contemplación, no está en el amanecer ni en la puesta de sol, sino que está en nuestro interior. Esos fenómenos solo ejercen de catalizadores. Lo bueno sería encontrar muchos catalizadores, a lo largo del día, que produzcan los mismos efectos.
Un abrazo
Septiembre 20th, 2006 a las 15:22
Me gusta respirar cada momento del día, me gusta el amanecer, me encanta,…también el atardecer me conmueve, el mediodia, con el sol alto y pleno de luz,…la noche con su tenue luz me da serenidad,…cada momento del dia tiene su latido.
Un beso, guapetón.
(Ya no tengo más variantes de “guapo” voy a tener que pensar otro piropo, jejeje.)
Septiembre 20th, 2006 a las 19:34
Conchi:
Me alegro de ese tu disfrutar del día que describes y es mi deseo el que no haya dias nublados para tu corazón.
Un abrazo
Septiembre 22nd, 2006 a las 7:22
Bueno, yo creo que es normal tener dudas, es intrínseco en el ser humano. Lo que me dolería es tener indecisión. Bueno es mi manera de verlo. Aunque me equivoque, tener la capacidad de elegir, porque así soy libre, aunque tenga dudas.
Besitos
Septiembre 22nd, 2006 a las 8:47
Buho:
Tal como dices, es lo normal, porque es lo más prodigado el tener dudas, pero ¿tú crees que un niño de la mano de su padre, se siente inseguro, tiene dudas de que su padre es Superman?. Yo creo que no. Nosotros, adultos, podemos ir por la vida con la misma sensación de seguridad. Solo tenemos que encontrar a ese padre interior.
Un abrazo