La fuente de la alegría
Existe la fuente de la alegría. Sabes que existe porque un día, tal vez sin esperarlo, o bien porque alguien te indico el camino, la descubriste, bebiste de sus aguas y supiste de sus maravillosos efectos: amor, claridad, armonía, inspiración…
Si la descubriste por casualidad, puede que te resulte difícil volver a encontrarla, pero si alguien te indicó el camino, te dio algunas indicaciones y las retuviste en la memoria, con toda seguridad vas a poder volver a beber de sus aguas. Podrá suceder que no la encuentres a la primera: tranquil@, tal vez, en ese momento no te acuerdes de alguna indicación que se te dió; tal vez estés deseando que se manifieste y ese mismo deseo lo está impidiendo. Cumple, cumple las indicaciones, merodea por sus alrededores y con toda seguridad te vas a poder sumergir de nuevo en ella. Pero cuando ella brote, cuando ella se manifieste, y no antes.