En tu interior

Prem Rawat-Maharaji me ayudó a encontrar en mi interior, lo que siempre estaba buscando en el exterior

La Plenitud

Archivado en: Desclasificados — Julio a las 12:44 pm el Sábado, Junio 24, 2006

Hace un tiempo escribí que todo aquello que sale del corazón, lo mínimo que se merece es ser escrito con mayúscula.

Plenitud, Plenitud, Plenitud, últimamente por todas partes me aparece esta palabra. Miro en el diccionario y encuentro:

Plenitud: estado de pleno o completo. Pleno: lleno, completo

Claro, ahora entiendo por qué me la encuentro tan a menudo, porque, ¿quién no desea verse lleno, completo, cuando creo que es algo a lo que todos aspiramos?. Lo que pasa es que la palabra en sí, nos suena un poco como a algo inalcanzable para la mayoría de los seres humanos. Algo sí que algunos alcanzaron, santos los llaman y que consiguieron una vez muertos… ¿ ?.

Pues no, no hay que morirse para alcanzar la Plenitud. Tampoco estoy hablando de esa plenitud, ese sentirse satisfecho, lleno, después de haber disfrutado de una buena comida, por ejemplo, porque ateniéndonos a su definición, también ese estado es de plenitud. Pero claro, esta plenitud, aparte de no ser duradera, pues no podemos estar en una comida permanente, tiene sus efectos secundarios en forma de, digestiones pesadas, tal vez dolor de cabeza, colesterol, etc.

No, la Plenitud de la que hablo, no tiene efectos secundarios perniciosos, no requiere que le aportemos nada externo; es muy conformada, poco exigente. Es más, requiere en todo caso que nos desprendamos de algunas cosas que se han convertido en nuestras compañeras de viaje inseparables y que le impiden manifestarse, porque la Plenitud ya está ahí, en nuestro interior, no hay que buscarla en ningún sitio, solo dejar que se manifieste.

¿Cómo conseguirla?. Primero tiene que nacer el deseo de disfrutarla y una vez manifestado ese deseo, esa sed, ella misma nos llevará a su encuentro, pues como digo, no anda muy lejos de nosotros.

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