En tu interior

Aquellos que normalmente me leéis, habréis observado que con frecuencia, cuando me refiero al amor, lo escribo unas veces con mayúscula y otras con minúscula: Amor y amor. Voy a intentar explicar por qué lo hago así.

Para mí el Amor, con mayúscula, es como un escenario con sus decorados, en el que, y refiriéndome a este tema del amor, va a tener lugar la representación de éste. También pueden tener lugar en él otro tipo de representaciones. En ese escenario y como decorado aparecen: la Libertad, la Comprensión, la Armonía y la Sabiduría (por conocimiento de la ignorancia), por citar algunos elementos del mismo.

Una vez el escenario así decorado, ya puede tener lugar la representación de la obra, en este caso la obra del amor; la obra de relación de pareja. Porque en esa relación habrá que echar mano, muchas veces, de esos elementos del decorado, y si estos no estuvieran ahí, es fácilmente imaginable que la representación no iba a llegar a buen fin.

Y como he dicho, ese escenario así decorado puede servir para cualquier tipo de representación, porque en todas ellas vamos a tener necesidad, en un momento determinado, de hacer uso de esos elementos.

Todos estamos representando algún tipo de obra y todos podemos disponer de un escenario así montado, porque ese Amor, no anda muy lejos de nosotros. Está en nuestro interior esperando ser descubierto.

Así me lo aprendí yo y así estoy representando mi obra

¡Ah!, me olvidaba de algo muy importante cual es la figura del Apuntador, porque a veces, aun habiéndosenos mostrado todos los elementos que componen el decorado, se nos olvida su ubicación y alguien tiene que recordárnoslo