El gran milagro
No estoy aquí para intentar señalar todos los problemas del mundo, porque hay demasiados. Sin embargo, a pesar de todos los problemas, de todo lo que está mal, hay cosas que son realmente buenas, muy buenas. A pesar de toda la fealdad, hay algo muy, muy bello. A pesar de todos los errores, hay una cosa que es perfecta. Y esa perfección, esa belleza, está dentro de ti.
Hay personas a las que les gusta señalar todos los problemas y, por un lado, me alegro de que lo hagan. Pero creo que debería haber alguien que señale lo bueno, lo bello; porque, a pesar de todos los problemas, esta vida es hermosa. Y a veces, inmersos en nuestros problemas, en nuestra confusión, en nuestras ideas, en nuestros conceptos, nos olvidamos de lo que se nos ha dado.
¿Quiénes somos? ¿Acaso sólo somos la suma de todas las cosas que ocurren a nuestro alrededor? ¿Somos simplemente personas que se despiertan por la mañana y ven sus responsabilidades: “Tengo que hacer esto y aquello”? ¿O hay algo más, algo dentro de cada ser humano que quiere sonreír, agradecer, sentir gratitud, sentir alegría?
Hablo por mi propia experiencia. Yo tengo responsabilidades. Hay días buenos y días malos. En los buenos, quiero ser feliz, quiero sentir paz. Quiero sentirme conectado conmigo mismo. Luego están los días malos. Pero incluso entonces, sólo quiero ser feliz. Nadie puede explicar la felicidad. Uno sabe lo que es. No se trata sólo de sonreír o de reír, o de un momento del día en el que te encuentras feliz. La felicidad viene porque te sientes bien. Pensamos que nos sentimos felices por algo: nuestros hijos se licencian en la universidad, nos toca la lotería, conseguimos un ascenso. Pensamos que nuestra felicidad va asociada a todas esas cosas.
Sólo hay una persona que te puede hacer feliz, pero resulta que es una persona de la que sabes muy poco. Es raro. Conoces a tus amigos, a otras personas, a tus socios, a tus colegas, pero sabes muy poco acerca de ti mismo, de quién eres. Y tú eres esa única persona que te puede hacer muy feliz.
Veo gente que va por la autopista tocando la bocina, chillando, vociferando. De algún modo me da la sensación de que no piensan que la vida es importante. Sólo quieren llegar adónde van. Quiero que pares un momento y comprendas algo: que tu vida es increíblemente importante.
Tú no eres un número. Tampoco un nombre. Eres más que la suma de todas tus cosas buenas y malas. Mucha gente vive con miedo, pero hay un lugar dentro de ti en el que no cabe el miedo, en el que puedes sentir la libertad. Cuando alguien tiene que decirme que soy libre, es que no lo soy. Tenemos nuestras fórmulas, pero la felicidad no tiene nada que ver con fórmulas. “Esto más eso, menos lo otro, es igual a felicidad”. O sientes la felicidad o no la sientes. O sientes alegría en tu vida o no la sientes. ¿Qué es lo que sientes en tu vida? Porque esta vida es el escenario en el que danzará la paz, en el que la felicidad cantará una canción para ti. Esta vida guarda una promesa tras otra, un regalo tras otro, para ti.
He estado observando la llegada de la primavera. ¡Es tan hermoso ver cómo llega! En mi casa, justo fuera de mi despacho, hay un árbol, y durante el invierno se le fueron cayendo las hojas, hasta quedarse con las ramas desnudas. Luego, de forma lenta pero segura, la primavera empezó a llegar, y esos brotes verdes fueron surgiendo sin perder ni un sólo día. A eso lo llamo dedicación. A eso lo llamo la vida. A eso lo llamo el gran milagro. Si ese árbol fuese humano, diría: “¿Por qué hacemos esto? El invierno volverá y tendremos que desprendernos de nuevo de todas las hojas. Olvidémoslo. Vamos a hibernar”.
No se trata de lógica, sino de algo que trasciende la lógica. El amor no es lógico. Esos pequeños brotes esperan y esperan. No pueden pronosticar el tiempo. No piensan: “Hoy y mañana hará calor, pero pasado y al otro volverá a llover, así que esperaremos”. No. Para ellos es: “Aquí está. Ha llegado el calor, el sol brilla, la temperatura es correcta. Allá vamos”. Y esos brotes, tan tiernos y delicados, no se detienen aunque haya dos días de frío y lluvia. Hay un impulso más poderoso. Y esta escena tiene lugar con miles de millones de árboles cada año.
Tu primavera ha llegado. Ya es el momento de ir a tu interior y dejar que la esperanza de paz salga a la superficie en tu vida, de ver lo bueno, de comprender qué es bueno, de volver a conocer y a decir sí a lo que has ignorado durante tanto tiempo: a ti.
Prem Rawat-Maharaji
Noviembre 22nd, 2009 a las 3:49
“Tú no eres un número. Tampoco un nombre. Eres más que la suma de todas tus cosas buenas y malas. Mucha gente vive con miedo, pero hay un lugar dentro de ti en el que no cabe el miedo, en el que puedes sentir la libertad. Cuando alguien tiene que decirme que soy libre, es que no lo soy. Tenemos nuestras fórmulas, pero la felicidad no tiene nada que ver con fórmulas. “Esto más eso, menos lo otro, es igual a felicidad”. O sientes la felicidad o no la sientes. O sientes alegría en tu vida o no la sientes”
Me llega Julio….. directo al corazón…. y me atrevo a decir que mas allá!! sobretodo en este momento, gracias a ti y a tu maestro!
Noviembre 22nd, 2009 a las 7:30
Lluvia:
No somos un nombre, ni un número, Lluvia. Somos el actor principal, el protagonista de esta obra maravillosa que puede ser nuestra vida.
¿Y a quien no le ha gustado alguna vez ser el protagonista de algo? Pues ahora nos ha llegado la ocasión
Me he levantado un poquito antes porque me voy de viaje y me encuentro con tu grata visita y tus palabras que me han alegrado enormemente
Hasta luego, un abrazo
Noviembre 23rd, 2009 a las 20:00
Si, Julio, la primavera me ha llegado!!!!
Enhorabuena!!!!
Gracias,
Lidia
Noviembre 23rd, 2009 a las 20:22
Lidia:
Primavera constante siempre alegre, joven, renovada, real…
¡Porque encontraste el camino!
Gracias, Maharaji
Un abrazo
Noviembre 23rd, 2009 a las 22:38
Hola Julio…
pero ver llegar la primavera…y sentir la Felicidad dentro de uno …realmente no se puede explicar…
es mi simple deseo….. 
Lo he logrado hace mucho…mucho tiempo…y nunca mas se fué… 
Sonrio…siento gratitud…la vida es hermosa…Toda estación tiene su encanto…
Ser FELIZ…
Saludos
Silvia Cristina…plenamente feliz!!!
Noviembre 23rd, 2009 a las 23:17
Silvia:
Así que éstas, ya pueden apuntar en otra dirección 
Creo, Silvia, que eres una persona irremediablemente perdida. Perdida para las fuerzas del mal
Me alegro de verte expresar así y de tanta carita sonriente.
Un abrazo
Noviembre 24th, 2009 a las 14:07
Mmmmmmhhhh, no sé, no sé, creo que sería menos arriesgado postponer eso de la felicidad a algún momento postmortem y ultratúmbico; o si no, a cuando me jubile (siempre y cuando los planes de pensiones hayan subido “a to meter”); o si no, a un cambio social que haga desaparecer las injusticias de nuestra sociedad, y manden solo “los buenos”; o si no…
Así, postponiendo-postponiendo, no me “acongojo” ante la posibilidad de que eso de sentir felicidad sea realmente posible para mi aquí y ahora, y sin embargo yo no consiga percibirlo. ¡Pues menuda sensación de fracaso!, resulta más sencillo razonar que es imposible ¿no?
Noviembre 24th, 2009 a las 15:45
Celebrador:
Me ha venido una idea esta mañana y había empezado a desarrollarla para un post, pero como estoy un poco vago, la suelto aquí, a medio acabar, en respuesta a tu comentario.
Esto era lo que tenía escrito:
¿Alguien sabe algo?
¿Alguien sabe algo de qué va esto? Y cuando digo esto, me estoy refiriendo a este juego de la vida o para otros rollo de vida. ¿Alguien sabe de qué va? Pero que sea un conocimiento de buena fuente, de una fuente fiabilísima, no del tipo: yo sé porque alguien me contó…
………………
………………
………………
Ese silencio sepulcral me está diciendo que no, que no hay nadie que sepa algo del asunto.
Bueno, pues voy a romper ese silencio porque yo sí sé de qué va la cosa. Y va, en ausencia de ese no saber, de pasárselo lo mejor posible. De cajón de madera que diría el Amigoplantas. Va, de que nuestra vida sea una sucesión de instantes plenos.
Y después, si es que lo hay, que venga lo que venga. Nunca será mala tarjeta de presentación esa experiencia.
Y si esa meta puede parecer un poco ambiciosa, seguro que al marcárnosla, conseguimos si no todos, sí que muchos de esos instantes lo sean.
Por cierto, Maharaji sabe y enseña un procedimiento que puede ayudar a conseguir ese objetivo.
Un abrazo
Noviembre 26th, 2009 a las 13:19
Cuanto me he perdido por no haber venido antes, Julio…
Este es un texto lleno de riqueza y belleza que nos agasaja el alma como si fuera una mantita muy suave… muy calentita…
Si no te importa, me lo llevo para la Coruja, vale?
Y el video también a ver si lo consigo copiar,, que los vídeos a mí no me resultan muy bien…
Gracias, Julio y un abrazo.
Noviembre 26th, 2009 a las 15:26
Ana:
Te has perdido pero lo has encontrado enseguida
La verdad es que a mí, la lectura de Maharaji, siempre me produce sensaciones como las que describes
En cuanto a lo de los vídeos, seguro que habrá`por ahí alguna opción que te permita copiar y pegar la dirección del vídeo.
Un abrazo