En tu interior

Prem Rawat-Maharaji me ayudó a encontrar en mi interior, lo que siempre estaba buscando en el exterior

Dominar el arte de la supervivencia

Archivado en: Prem Rawat - Maharaji — Julio a las 6:44 am el Jueves, Enero 18, 2007

“Lo que tienes es la oportunidad del aliento que entra en ti: has de ser un oportunista.” Prem Rawat-Maharaji

Todo lo que ves en un desierto ha tenido que adaptarse para aprovechar cada una de las oportunidades que se le hayan presentado en su camino. Cada elemento vivo ¿con su esfuerzo, sin preguntas? se ha hecho un experto en el arte de la supervivencia, lo ha dominado.

Los seres que viven en zonas forestales pueden permitirse el lujo de contar con los cambios de estación. Es cierto que a veces llega una estación mala y ocasiona un desastre; pero, en general, pueden contar con lo que cada estación aporta. En el desierto, sin embargo, cada elemento llega a convertirse en un maestro de la supervivencia.

Tú te puedes plantear la vida de dos modos diferentes. Puedes decir: “Soy como ese gran bosque exuberante. Sé cuándo va a llover. Puedo estar seguro de que las estaciones cambiarán a su debido tiempo y de que me traerán lo que necesito. Todo va bien” O puedes elegir ver la realidad: que no puedes confiar en eso. Lo que tienes es cada día. Lo que tienes es la oportunidad del aliento que entra en ti, y has de ser un oportunista. Debes convertirte en un maestro de la supervivencia; aprovechar cada gota de lluvia que
encuentres en tu camino, cada oportunidad que se te dé.

La llegada de la lluvia es un acontecimiento muy simple. Con sus truenos, las nubes anuncian su presencia a todos aquellos que buscan agua. La tierra está reseca, y quienes han estado esperando las lluvias oyen ese estruendo, y saben lo que significa. Las nubes se acercan trayendo consigo esa agua simple, pura y simple.

Y según van avanzando, tronando, anunciando su presencia, van repartiendo este maravilloso regalo. Entonces, cuando comienza a llover, lo que está seco absorbe el agua, se empapa; aquello que ha estado esperando despierta. Sin filosofías. En el desierto hay semillas enterradas bajo la arena, esperando no importa cuánto tiempo. Esperan y esperan. Y, cuando la lluvia llega, despiertan. Brotan y ahí están. Un milagro, una transformación. ¿Por qué?

Esa semilla sobrevive por una razón: se ha adaptado para sacar el máximo partido de la oportunidad que se le presenta, eso es todo. Llueve y la semilla dice: “Allá voy”; y no: “Bueno, todavía estamos en septiembre; si espero hasta octubre, lloverá más” . Eso es lo que haríamos nosotros, pero no la semilla; no se lo puede permitir. Su supervivencia depende de aceptar y aprovechar al máximo esa oportunidad. La semilla reconoce esa oportunidad, la comprende y se beneficia de ella. ¿Lo hacemos así nosotros?

8 Comentarios en “Dominar el arte de la supervivencia”

  1. Juan Ramón Navarro comentaba que:

    Bueno, el “pañito caliente” de turno suele consistir en protestar airados por todas las “injusticias” en que nos ha metido la vida

    Es el viejo problema del mal, versión cada uno de nosotros

    Lo que pasa es que la semilla no está jugando todo el puto día a atiborrarse del famoso (por bíblico) fruto del “arbol de la ciencia del bien y del mal”:

    - Esto es bueno, eso es malo
    - Esto es justo, esto injusto…

    Ella va solo a lo que va, y su oportunismo (que aconseja aquí el señor Rawat) es una excelente estrategia cuando se dispone de recursos finitos, como nos ocurre a nosoptros. Es que ni siquiera podríamos vivir en esta tierra para siempre, sencillamente porque si se naciera sin morir ¡REVENTARÍA! la pobre

    Pero mientras que aun estamos vivos tenemos la oportunidad, pues sí, eso es realista (y oportunista)

  2. Conchi comentaba que:

    Creo que todos tenemos un superviviente en nuestro interior, incluso los que dicen o no saben que lo tienen. Y ese superviviente siempre acaba aflorando.
    Un beso, guapetón.

  3. Juan Ramón Navarro comentaba que:

    Hola Conchi

    Pues sí, sí que tienes razón, lo tenemos; la cosa es darse cuenta de ello antes de que se nos esté acabando la oportunidad.

    No se si tu has asistido a alguna agonía real, yo sí, y te aseguro que el agonizante (y quienes lo rodean, a poco que abran su sentir) lo percibe entonces pero que muy clarito:

    Por favor, otro aliento más, aunque solo sea uno más

    Al fin se entendió el verdadero valor de lo que ahora tenemos, ¡pero si no esperásemos tanto a comprenderlo!

  4. Julio comentaba que:

    Juan Ramón:
    Efectivamente, nos despistamos. Fijamos nuestra atención en tantas cosas externas, que no se la prestamos a lo que nos está reclamando esa semilla y decimos: No, más adelante, lloverá más adelante, dando por supuesto que habrá otras lluvias.
    Pero aunque así fuera, durante ese tiempo, esa semilla se habrá perdido el placer que supone recibir ese agua por la que tanto ha clamado.

    Un abrazo

    Conchi:
    ¡Coño!, con perdón, si veo que te ha contestado Juan Ramóm. Yo creo que lo ha hecho por quedarse con el piropo que me has dedicado, pero ese es muy mio.

    Un beso también para tí.

    Y a Juan Ramón le veo abrir un blog cualquier dia de estos, pues vemos que tiene mucho que comunicar

  5. Trini comentaba que:

    Pues creo que si, aunque también depende del caso que se nos presente, hay veces que no hay manera de entenderlo y en el nos ahogamos y otras en que no entiendes como, ante tanto problema, eres capaz de sacar la varita mágica que hay en ti y arreglarlo todo sin apenas esfuerzo. Pienso que como todo en la vida, depende del momento y la circunstancia.

    Un abrazo

  6. Juan Ramón Navarro comentaba que:

    Eso de depender de “la circunstancia” es como con el chascarrillo de la trucha.

    Erase una vez un increíble ejemplar de trucha, no, no, una cosa bárbara; pero más bárbara aun era su influencia sobre la felicidad/infelicidad del amigo Mengané, porque si ella se decidía a picar finalmente el cebo del susodicho éste tendría una explosión de deleite que le podría durar (por lo menos en el recuerdo) toda la vida; hasta sus nietecitos padecerían el machaque de la historia de la famosa trucha que pescó una vez el palizas de su abuelo

    Pero si la trucha se decidía finalmente por esquivarlo; si el tal Mengané volvía a su casa con las manos vacías… Sniff, buaaaaa

    Cuando las circunstancias mandan, está caro, la felicidad de Mengané es “TRUCHO-DEPENDIENTE”

  7. patus comentaba que:

    Yo creo como Trini, que las circunstacias pesan bastante. Yo soy una campeona de la supervivencia pero creo que se debe a que tengo a la parca(la muerte, en lunfardo), pisándome los talones.
    Besos

  8. Julio comentaba que:

    Patricia:
    Así será pues, como dices, eres una campeona de la supervivencia. ¡Y lo que te rondaré, morena! que decimos por aquí.

    Un fuerte abrazo

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